Detrás de la cámara es donde se suceden las mejores tramas, los momentos donde se ajusta el trabajo y se afianzan las relaciones entre el equipo. Afortunadamente, siempre hay instantáneas que perpetúan las escenas que ocurren más allá de la ficción.

Dirección: Fran Zeibe Producción: Zeibe Films.
En esta caso, la actriz encarna a una periodista de investigación que se hace pasar por asistenta social e indagar así sobre un genocidio acontecido hace un cuarto de siglo.
"Trabajar con Estela es una experiencia muy positiva porque sabe adaptarse a rodajes de batalla, tiene muchos reflejos y acierta con la intención de cada secuencia para que el personaje quede bien definido, modula su energía y crea la atmósfera más adecuada"-comenta el director Fran Zeibe.

Dirección: Luisje Moyano Producción: Supermedia.
Una de las experiencias más lúdicas que he vivido en el cine. Nada más pisar el Fort-Bravo de Tabernas, me invadió el personaje, pues me vi en pleno oeste, rodeada de las casas típicas de allí, la cantina, el saloon, los vaqueros, los caballos, etc.... La mujer que le toca abordar a la actriz es un de las integrantes del dúo de bailarinas de can-can junto a Beatriz Rico. El reto, además de la parte dramática y luchadora de la mujer en un mundo invadido por los hombres, que propone la trama, fue el dominio del baile y la sensualidad que requería el personaje. 

Producción: Ziosk Producciones
La hija pequeña de la protagonista, Estela Fernández, es secuestrada por una banda de comerciantes de películas Snuff. Películas donde se rueda el maltato de la víctima hasta llegar a su muerte. La lucha de una madre por rescatar a su hija y destapar la red de asesinos junto a su ex-marido, miembro de la policía, conducirá al espectador por una montaña rusa de emociones. Es sin duda el personaje que más me desgastó el alma. A pesar de no ser madre, pude asumir el dolor, únicamente pensando en cómo se hubiese sentido la mía si me hubiesen secuestrado a mí, siendo pequeña. 

Dirección: Luisje Moyano
En esta ocasión, Estela Fernández, interpreta a una víctima de un maleficio, llevado a cabo por una secta de magia negra contratada por la ex mujer de su actual pareja.
El proceso de degradación de mi personaje, tanto físico como mental- sufre de alucinaciones- fue una labor muy meticulosa y precisa. El trabajo corporal fue imprescindible, apoyado, de manera magistral por la caracterización de Eric Gurrera.